Según la Organización Mundial de la Salud, citado por Zafra (2022) “El embarazo se define como la etapa que tiene duración de nueve meses, por lo general, en el que se produce el desarrollo de un feto en el útero materno” (p. 104). 

La Fisioterapia obstétrica, produce en las embarazadas beneficios físicos durante los trimestres de gestación disminuyendo los síntomas propios del embarazo y beneficia la preparación del parto, permitiendo que los músculos respiratorios, abdominales y pélvicos estén en condiciones adecuadas. 

El embarazo en la vida de las mujeres puede, es una etapa emocionante ya que inicia un proceso de ilusión y alegría por experimentar el crecimiento del bebé dentro del vientre, conocer el sexo, elegir un nombre e iniciar a percibir los primeros movimientos, sin embargo para algunas embarazadas este proceso se puede considerar difícil debido a que en este periodo, el cuerpo de la mujer experimenta una serie de cambios anatómicos, hormonales y fisiológicos, los cuales pueden causar molestias generalizadas como dolor muscular más común en espalda, caderas y piernas, incomodidad y modificaciones en la estructura corporal que no pueden evitarse ni interrumpirse, sin embargo, pueden ser controlados mediante la intervención de técnicas de Fisioterapia. 

Durante el desarrollo de los nueve meses, las experiencias y cambios en el cuerpo se perciben acorde al tiempo o etapa en el que se encuentre el embarazo, que en casos normales suele durar entre treinta y ocho y cuarenta semanas (nueve meses), dividiéndose en tres trimestres de gestación: primer trimestre (primer al tercer mes), segundo trimestre (del cuarto al sexto mes) y el tercer trimestre (del séptimo al noveno mes). En el transcurso de estos periodos, los signos y síntomas más comunes que una embarazada presenta son: cambios en el peso, náuseas, vómitos, somnolencia, cambios de humor, cefalea, entre otros.

A nivel fisiológico uno de los principales son cambios hormonales, los cuales aumenta la segregación de estrógenos y progesterona que se encargan de provocar cambios físicos con la finalidad de poder albergar al feto durante la gestación (Fisioclínic Logroño, s.f.) 

Estos cambios afectan a la biomecánica del cuerpo y pueden provocar desórdenes de inestabilidad producto del aumento de la estructura normal de la columna vertebral, ensanchamiento de las caderas para dar paso a la salida del bebé, aumento del tamaño de los senos y aumento de peso corporal, produciendo en el segundo al tercer trimestre de embarazo dificultad para realizar actividades como: agacharse, cargar objetos con peso, caminar distancias cortas, subir y bajar gradas, asimismo pueden aparecer signos y síntomas como inflamación de los brazos, piernas y pies, fatiga durante todo el día e inestabilidad en la postura y la marcha, acompañado de las disfunciones en el organismo: incontinencia urinaria, disfunciones sexuales, caída o descenso de órganos pélvicos y dolor lumbar. 

Todos los cambios que se producen en el cuerpo conlleva a que la embarazada tienda a disminuir las actividades físicas y presente dificultad en la realización de la rutina diaria en el área laboral y/o personal y se vuelva sedentaria, lo cual producirá disminución de la fuerza muscular; además, a nivel respiratorio se consume más oxígeno, por lo que la aparición de disnea (falta de aire) por esfuerzo es mayor. También, el patrón de respiración normal cambia de abdominal a torácico a causa de la elevación del diafragma por la presión que ejerce el útero.

Los cumplimientos y seguimiento de los controles médicos son indispensables en el desarrollo del embarazo y se acompañan con la intervención de un equipo multidisciplinario en el cual está ligado el profesional de fisioterapia. Actualmente el rol del fisioterapeuta y la aplicación de tratamiento de fisioterapia durante el embarazo ha marcado la diferencia, mejorando así la calidad de vida de la embarazada, mediante la disminución de complicaciones físicas y de los mismos síntomas. 

Con la ayuda de un fisioterapeuta, las embarazadas pueden beneficiarse de un plan de tratamiento personalizado que tenga en cuenta sus necesidades individuales, permitiendo de esta manera el control del dolor muscular, mejorar su bienestar general, reducir el riesgo de lesiones musculoesqueléticas y respiratorias. 

El tratamiento y/o abordaje de la fisioterapia puede iniciarse a partir del segundo trimestre de embarazo, siempre y cuando no se presente ningún signo de alarma o contraindicación destinado por el médico, recalcando que, durante la aplicación de técnicas de Fisioterapia el profesional respetará en todo momento la tolerancia de la embarazada a las técnicas aplicadas, como también las posiciones idóneas acorde al periodo de embarazo en el que se encuentre. 

Algunas de las técnicas que el fisioterapeuta puede aplicar en el embarazo son: 

  • Terapia respiratoria: orientada en reeducación de la respiración y fortalecimiento de músculos respiratorios, lo cual provocará beneficios durante las últimas semanas de embarazo reduciendo el riesgo de presentar dificultad para respirar y permitiendo mejor control del dolor producido por las contracciones durante el parto. 
  • Ejercicios de suelo pélvico: aplicados para reducir el riesgo de incontinencia urinaria.
  • Ejercicios hipopresivos y Kegel: utilizados para reducir el riesgo de sufrir incontinencias urinarias, descenso de órganos y disfunciones musculares del suelo pélvico. Además, permiten mejorar la fuerza muscular de la pelvis, produciendo mayor probabilidad de un parto normal reduciendo el riesgo de complicaciones. 
  •  Ejercicios de estiramiento: reduce el riesgo de contracturas musculares (calambres) y relaja la musculatura del cuerpo. 
  • Ejercicios de postura y ergonomía: aplicados para evitar posturas que produzcan dolor, evitar posturas incorrectas que den paso a alteraciones estructurales de la columna vertebral. 
  • Masaje linfático: reduce el acúmulo de líquido en piernas y brazos, produciendo mejor circulación y capacidad para realizar actividades como caminar. 
  • Gimnasia prenatal: aplicado para reducir el riesgo de sobrepeso o aumento de peso durante el embarazo, como también permite elasticidad del cuerpo y favorece la biomecánica corporal. 

Para Sui y Dodd (2013) citado por  Salazar (2016) “Los múltiples beneficios que produce la aplicación de fisioterapia durante el embarazo no solo contribuye al bienestar de la embarazada sino también del feto, disminuyendo el riesgo de parto prematuro o mejorar el crecimiento fetal” (p.5).

Así mismo, las actividades físicas que la madre realiza durante el embarazo pueden influir positivamente en el bebé por medio de la estimulación de las sensaciones auditivas (sonidos exteriores, música), motoras y visuales mediante técnicas específicas indicadas por el fisioterapeuta. 

En definitiva, la Fisioterapia obstétrica proporciona efectos positivos en las mujeres durante su etapa de gestación, mejora la calidad de vida y significativamente proporciona un estado de bienestar físico y emocional propiciando plenitud y mucho entusiasmo en el proceso de embarazo, por otra parte, permite la disminución de factores de riesgo y aumenta la funcionalidad física permitiendo la ejecución de actividades de la vida diaria. 

Escrito por Lcda. Isabel Alejandra Flores Ruíz

Docente tiempo completo de la Escuela de Fisioterapia

UNASA

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