Hace una década cuando se hablaba de Inteligencia Artificial conocida como (IA) era una tecnología o término exclusivo de la ciencia ficción en un mundo cada vez es más digitalizado, por lo que la inteligencia artificial ha dejado de ser una ciencia ficción y se ha convertido en una herramienta cotidiana de uso para todos en esta era digital.
Este artículo tiene como objetivo invitar a la reflexión sobre cómo la IA puede adaptarse a las necesidades académicas de los estudiantes, mejorando la producción intelectual, accesibilidad y la equidad en la educación superior, así como también redefinir la forma en la que aprendemos, por lo tanto las instituciones educativas en el nivel universitario deben de ser parte de esta nueva era de aprendizaje bajo una visión equilibrada de las oportunidades que la IA puede brindar, así como los obstáculos y las implicaciones éticas que podrían surgir en su implementación.
Por lo anterior se puede decir que la IA puede adaptarse a las necesidades individuales de los estudiantes en la educación superior, como este va mejorando la accesibilidad y la calidad en la educación; pero también reconocer si las universidades están realmente preparadas para incorporar la inteligencia artificial en sus métodos de enseñanza y gestión, y cómo debería evolucionar el rol del profesorado.
A hora bien, en el ámbito educativo, especialmente en la educación superior, su implementación genera debates sobre su impacto en la enseñanza y el aprendizaje, ventajas y desventajas, aceptación o rechazo, por tanto, surge la interrogante, ¿Es posible integrar la IA en las universidades sin perder la esencia del proceso educativo?
La IA surge como una solución prometedora para optimizar procesos, mejorar la enseñanza y ofrecer experiencias de aprendizaje más accesibles e individualizadas; sin embargo, su implementación también plantea desafíos éticos, metodológicos y estructurales que no pueden ser ignorados, así como el pensamiento crítico de un ser humano ante una situación, resolución de problemas o de una producción intelectual entre otros.
En la actualidad, universidades de todo el mundo han comenzado a experimentar con la IA en diferentes áreas; herramientas como ChatGPT, plataformas de tutoría inteligente y sistemas de evaluación automatizada están revolucionando la forma en que estudiantes y docentes interactúan con el conocimiento. Según un estudio de Luckin et al. (2021), la IA en la educación puede mejorar la accesibilidad y equidad en el aprendizaje, permitiendo que más estudiantes tengan acceso a recursos personalizados.
La IA tiene sus beneficios, en la educación superior se incluye: personalización del aprendizaje: permite adaptar los contenidos y metodologías según el ritmo y necesidades de cada estudiante (Holmes et al., 2019). Optimización del tiempo docente: la automatización de tareas administrativas deja más espacio para la enseñanza y la mentoría (Zawacki-Richter et al., 2019). Acceso a recursos avanzados: los estudiantes pueden utilizar asistentes de IA para investigar y desarrollar habilidades analíticas de manera más efectiva (Selwyn, 2022).
No obstante, también existen desventajas que deben considerarse y tomarse en cuenta como es la dependencia tecnológica: el uso excesivo de IA podría limitar el pensamiento crítico y la creatividad de los estudiantes (Williamson, 2020). La Ética y privacidad: la recopilación de datos personales por sistemas de IA plantea preocupaciones sobre la seguridad y el uso de la información (Baker & Smith, 2021). Desigualdad digital: no todas las instituciones tienen la infraestructura para implementar IA de manera equitativa, lo que puede aumentar la brecha educativa (Aleven et al., 2019).
La educación superior ha evolucionado con cada revolución tecnológica que la humanidad ha vivido, desde la imprenta en la edad moderna hasta la invención de la computadora y el internet en la edad contemporánea, y la IA no es la excepción en la era digital. La clave está en utilizar esta herramienta como un complemento y no como un sustituto del proceso educativo tradicional. Investigaciones como las de Luckin et al. (2021) y Selwyn (2022) demuestran que, con una implementación adecuada, la IA puede mejorar la enseñanza sin reemplazar el papel esencial del docente; por tanto, el pensamiento crítico de una persona no se remplaza, pero una herramienta como la IA ayuda a ordenar ideas en un proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por tanto como un proceso reflexivo sobre el impacto de la IA en la educación superior, se puede concluir que estamos ante una revolución educativa inevitable, pero también llena de desafíos. La integración de la IA ofrece un enorme potencial para transformar la enseñanza, haciéndola más personalizada, eficiente y accesible. Sin embargo, este cambio no está exento de dificultades, tanto a nivel técnico como ético. Si bien los beneficios de la IA en la educación son claros, su implementación exitosa depende de la capacidad de las instituciones educativas para adaptarse a nuevas metodologías, capacitar a su personal y garantizar que se mantengan los principios fundamentales de la educación, como el pensamiento crítico y el desarrollo humano.
Debido a esto la reflexión sobre los límites de la IA es crucial, ya que, aunque puede ser una herramienta poderosa, no debe sustituir el toque humano que caracteriza a la enseñanza universitaria.
A futuro, es necesario seguir investigando y evaluando cómo la IA puede evolucionar para atender mejor las necesidades de los estudiantes y profesores, así como explorar nuevas formas de integración que no solo respondan a los avances tecnológicos, sino también a las demandas sociales y culturales de un mundo cada vez más globalizado.
En resumen, la Inteligencia Artificial puede ser una herramienta esencial en la evolución de la educación superior, pero su integración debe ser manejada con cuidado, garantizando que se utilice de manera ética, inclusiva y complementaria con los principios fundamentales de la enseñanza. Para cerrar este artículo es importante reflexionar que el mundo seguirá cambiando no podremos detener la evolución del hombre y que la tecnología será parte de la evolución humana, con avances tecnológicos y nuevas herramientas que puedan ayudar o facilitar las actividades tanto cotidianas como educativa; pero como señala Luckin (2021), “La IA en la educación es una herramienta poderosa, pero su impacto dependerá de cómo la utilicemos”.
Escrito por: Milton Francisco Herrador Vargas, Doctor en Medicina y Máster en Salud Pública
Docente de la Escuela de Medicina de la Universidad Autónoma de Santa Ana, UNASA.
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