El Departamento de Investigación de la Universidad Autónoma de Santa Ana (UNASA) realizó un foro sobre la resistencia bacteriana, donde especialistas en salud y laboratorio clínico, advirtieron que el uso indiscriminado de antibióticos podría acelerar una crisis global, proyectada originalmente para 2050, pero que ahora podría manifestarse hacia 2030.

En el evento titulado: “Perspectivas de la Resistencia Bacteriana desde la Salud y el Laboratorio Clínico”, participaron destacados especialistas como el Dr. Fabricio Quintana, médico internista; la Dra. Mirna Morán, experta en salud pública; la Mtra. Laura Menéndez, especialista en microbiología, y el moderador Lic. David Núñez, decano de la Facultad de Ciencias Sociales.

“Estamos viendo cómo infecciones que antes se curaban con tratamientos sencillos ahora requieren medicamentos más agresivos y costosos”, explicó uno de los médicos participantes. “Lo más grave es que muchos pacientes llegan a los hospitales con bacterias resistentes debido a la automedicación y tratamientos mal administrados”.

Desde laboratorio clínico, la maestra pintó un cuadro igualmente alarmante. “Nuestro trabajo es clave para identificar qué antibióticos siguen siendo efectivos, pero enfrentamos grandes desafíos”, compartió la especialista. “Muchos laboratorios carecen de equipos adecuados o personal suficientemente capacitado para realizar pruebas de sensibilidad bacteriana, lo que lleva a diagnósticos imprecisos”.

El foro destacó tres problemas principales que alimentan esta crisis silenciosa: La costumbre de automedicarse con antibióticos para cualquier malestar, la interrupción de tratamientos cuando el paciente se siente mejor y la falta de coordinación entre médicos y laboratorios para determinar el antibiótico adecuado.

“La resistencia bacteriana es un tema de interés mundial, y desde UNASA lo abordamos con base científica desde distintas especialidades, reafirmando nuestro compromiso con la salud pública y la investigación aplicada”, explicó Máster Evelyn Carballo, jefa del Departamento de Investigación de UNASA.

Los expertos propusieron soluciones concretas, empezando por una mayor educación a la población sobre el uso correcto de estos medicamentos. “Necesitamos campañas masivas que expliquen por qué no se deben tomar antibióticos para un resfriado común”, señaló uno de los participantes.

También hicieron un llamado a fortalecer los sistemas de diagnóstico. “Un antibiograma bien hecho puede marcar la diferencia entre un tratamiento exitoso y uno fallido”, explicó la profesional de laboratorio clínico. “Invertir en equipos y capacitación no es un gasto, es una necesidad urgente”.

La actividad, también buscó sensibilizar a la comunidad universitaria sobre la importancia del uso racional de los antibióticos. “La sinergia entre ciencia, conciencia y acción es clave para frenar el avance acelerado de la resistencia bacteriana”, expresó Máster Karina de Gil, Directora del Departamento de Investigación, Proyección Social y Extensión Universitaria de UNASA.

El mensaje final del foro fue claro: la resistencia bacteriana es un problema de todos. Médicos, laboratoristas, autoridades sanitarias y la población en general deben trabajar juntos para evitar que infecciones comunes vuelvan a ser mortales. “Estamos a tiempo de cambiar el curso de esta crisis”, concluyeron, “pero hay que actuar ya”.

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