El suicidio sigue siendo una de las principales causas de muerte a nivel mundial, cobrando más de 700,000 vidas al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estiman que por cada suicidio consumado, se producen 20 intentos, lo que refleja la magnitud del problema.

La OMS destaca que el 77% de los suicidios ocurren en países de ingresos bajos y medios, siendo los jóvenes de 15 a 29 años uno de los grupos más afectados. De hecho, el suicidio es la tercera causa principal de muerte en este grupo etario. Factores como la depresión, los trastornos por consumo de alcohol, y momentos de crisis personales, como la pérdida de seres queridos o problemas financieros, aumentan el riesgo de suicidio.

Este año, diversas estrategias se están implementando para prevenir el suicidio. Además, subrayan la importancia de reducir el estigma y fomentar la búsqueda de ayuda antes de que una persona llegue a una situación crítica.

A nivel global, la OMS ha lanzado la iniciativa LIVE LIFE, que promueve intervenciones basadas en evidencia, como el fomento de habilidades socioemocionales en adolescentes y el manejo adecuado de comportamientos suicidas. Sin embargo, el estigma y la falta de conciencia siguen siendo barreras importantes para la prevención efectiva. Se necesitan esfuerzos conjuntos entre los sectores de salud, educación, justicia y medios de comunicación para reducir las tasas de suicidio y apoyar a quienes han sido afectados.

Además, destaca que todos pueden contribuir a prevenir el suicidio, ya sea mediante la promoción de conversaciones abiertas sobre salud mental o apoyando a quienes atraviesan momentos difíciles.

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