La Fundación “Un Corazón que Ayuda” inauguró recientemente un nuevo espacio lúdico en sus instalaciones, ubicado en Santa Ana, con el propósito de fortalecer el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes que reciben atención especializada. El acto se realizó con la presencia de representantes de la fundación, familias beneficiarias, autoridades municipales y el principal donante del proyecto, un salvadoreño radicado en Nueva York.

El proyecto es impulsado con el objetivo de ofrecer un entorno en el que los niños y niñas con discapacidad puedan mejorar su desarrollo cognitivo, emocional y físico mediante el juego, una herramienta fundamental para su bienestar y aprendizaje. La nueva área incluye juegos recreativos que permiten la interacción con sus familias y entre pares.

“Esta ampliación representa un gran avance dentro de la formación integral que brindamos. No solo ofrecemos terapias individualizadas, sino que buscamos atender a la niñez desde un enfoque más completo. Los juegos contribuyen significativamente al desarrollo cognitivo y social de los niños”, explicó Laura Meléndez, miembro de la junta directiva de la fundación.

El donativo para el área lúdica incluyó un trampolín, aros de juego, pelotas de baloncesto, un tobogán, columpios y otros implementos deportivos diseñados para estimular el desarrollo físico y la recreación de los niños.

Porfirio Rodríguez, presidente de la fundación, agradeció el apoyo recibido y destacó que el área lúdica también es una invitación abierta a la población. “Estamos muy contentos de ofrecer este nuevo servicio. El juego ayuda al crecimiento emocional y cognitivo. Esta fundación nació del esfuerzo de padres con hijos con discapacidad, pero solos no podemos. Necesitamos el apoyo de otras personas con buen corazón que se sumen a nuestra causa”, señaló.

Una de las madres beneficiarias, Karina Arqueta, expresó con emoción cómo el programa ha impactado positivamente en su hijo. “Mi niño ha mejorado bastante. Aquí trabaja su motricidad, aprende colores y convive con otros niños. La distancia desde Chalchuapa no nos detiene, porque sabemos que vale la pena”, afirmó.

El área fue financiada gracias a la colaboración del salvadoreño David Renderos, quien vive en Nueva York y ha seguido de cerca el trabajo de la fundación. “Aunque vivo lejos, sigo conectado con mi país. Me alegra poder contribuir. Los verdaderos héroes son los padres que se dedican a estos niños con amor y compromiso. Ellos merecen todo nuestro respeto y apoyo”, expresó Renderos durante su visita a las instalaciones.

La Fundación “Un Corazón que Ayuda” continúa trabajando por una atención integral que brinde mejores oportunidades a la niñez con discapacidad, haciendo un llamado a instituciones, empresas y personas particulares a unirse al esfuerzo por construir un entorno más inclusivo.

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