El Festival del Maíz, organizado por el Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Santa Ana, se ha consolidado como una tradición anual que celebra la fe como la gastronomía basada en el maíz. Este evento, que ha sido celebrado consecutivamente durante los últimos cuatro años, reúne a 10 comunidades que conforman la Diócesis: El Congo, Santa Ana, Chalchuapa, Atiquizaya, Turín, Ahuachapán, Tacuba, Ataco, San Pablo y Las Chinamas.
Este año, la comunidad de Las Chinamas fue la anfitriona del festival, “Somos un equipo que trabaja de manera organizada, como Familia Galicia tenemos esta casa a completa disposición del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, y este año a petición del presidente de la Asociación de Peregrinos de Colores nos la solicitó, y nosotros con gusto la prestamos,” señaló Héctor Galicia, presidente de la comunidad.
El festival tiene como objetivo principal la evangelización a través de la convivencia y la tradición. El evento se centra en la preparación y degustación de alimentos derivados del maíz, como riguas, atol de elote, quesadillas, elote asado y tamales. Además, la jornada se enriqueció con diversos actos artísticos, donde miembros de la Asociación de Peregrinos de Colores deleitaron a los asistentes con su talento de canto, declamación de poemas, dramatización, entre otros.
La organización del festival comenzó en abril, asignando a cada comunidad la preparación de un tipo específico de alimento. “Se asignó un tipo de alimento a cada comunidad, esto nos da 10 productos distintos. El dinero recaudado es entregado a la asociación para la mejora de la Casa de Peregrinos de Colores, ubicada en Ahuachapán,” explicó Salvador Barrientos Magaña, Presidente de la Asociación de Peregrinos de Colores de la Diócesis de Santa Ana.
El Festival del Maíz no solo fortalece la fe de los participantes, sino que también promueve la unidad y el trabajo en equipo entre las comunidades de la Diócesis.
Escrito por Daniela Bueno.
Fotografías: Sofía Velásquez.
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